Ministerio de Agricultura impulsa producción de semilla de calidad

Un factor clave para mejorar los rendimientos en los cultivos.
La producción de semilla de calidad se realizará en una primera etapa iniciada el presente año, en 73 hectáreas ubicadas en siete estaciones experimentales: Vista Florida de Chiclayo, El Porvenir de Tarapoto, Santa Ana de Huancayo, Andenes del Cusco, Illia de Puno, Baños del Inca de Cajamarca y Canaán de Ayacucho
Con la finalidad de mejorar la productividad y lograr la competividad en la actividad agrícola, el Ministerio de Agricultura iniciará en el país, una masiva producción de semilla de calidad, lo que será posible gracias a la integración de esfuerzos y alianza estrategia entre dos de sus dependencias especializadas: La Dirección General de Competitividad Agraria (DGCA) que tiene como una de sus funciones básicas, promover la competitividad del sector y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) que tiene a su cargo el diseño y ejecución de la estrategia nacional de innovación agraria.
Como se sabe, uno de los principales problemas que tiene nuestra agricultura es la baja productividad de los cultivos, debido básicamente a la escasa disponibilidad de semillas y/o plantones de calidad. La mayor parte de la semilla utilizada en el Perú, proviene de la propia parcela (dependiendo del cultivo), lo que tiene implicancias en la calidad de los productos y en su rendimiento, por cuanto la semilla pierde calidad cuando no son tratadas adecuadamente o reemplazadas periódicamente.
En este contexto, tal como lo ha recomendado el propio Ministro de Agricultura Ing. Miguel Caillaux, resulta necesario emprender un decido trabajo orientado a la producción de semilla de calidad, que se hace realidad con la puesta en marcha de este proyecto.
En una primera etapa, se ha previsto destinar 73 hectáreas para la producción de semilla de calidad, las que estarán repartidas en 07 estaciones experimentales del INIA: Vista Florida de Chiclayo, El Porvenir de Tarapoto, Santa Ana de Huancayo, Andenes del Cusco, Illia de Puno, Baños del Inca de Cajamarca y Canaán de Ayacucho.
La semilla a multiplicar corresponde a los cultivos de algodón, arroz, maíz amarillo duro, frijol caupí, papa, trigo, avena forrajera de las categorías de semilla básica, registrada y común para el caso de la quinua; cultivos que han sido seleccionados en función al mercado, priorizando aquellos en los que la oferta es mínima, así como el poco interés de la empresa privada en producirlos.
La producción de semilla estará a cargo del INIA, institución que cuenta con el paquete tecnológico necesario. La multiplicación se hará a partir de las semillas que esta Institución ha obtenido y validad. La Dirección General de Competividad Agraria apoyará con recursos para la adquisición de fertilizantes, agroquímicos, maquinaria y mano de obra.
Cabe destacar que los campos del INIA destinados a la producción de semilla, serán también utilizados como instrumentos de capacitación para productores, a través de días de campo, donde se les adiestrará en aspectos referidos a producción, selección y almacenamiento de semillas.
Esta alianza se profundizará, año tras año, con las acciones de multiplicación de semilla, no solo en los campos del INIA, sino también en parcelas de productores líderes. Asimismo, se ha previsto participar en acciones de transferencia tecnológica a través de parcelas demostrativas y días de campo como mecanismos de extensión, que permitan capacitar a productores en el manejo agronómico de sus cultivos.
La importancia del empleo de semilla certificada en la productividad es tan significativa, que basta poner como ejemplo el cultivo del maíz amarillo duro. En la selva, donde el empleo de semilla de calidad es mínima en este cultivo, se obtiene rendimientos inferiores a 2.5 t/ha. En cambio en valles costeros como Jequetepeque y Chicama con empleo de semilla de híbridos certificadas se obtienen rendimientos superiores a las 9 t.
Este hecho demuestra que incrementando la productividad, de este importante insumo para la industria avícola y porcícola y por ende para la seguridad alimentaria, aumentaría la producción nacional, sin necesidad de ampliar las superficies de siembra. Este hecho, permitiría disminuir la dependencia que tiene el Perú con el mercado externo para satisfacer la demanda interna en este rubro. Actualmente la producción nacional de semilla de maíz amarillo duro, solo permite cubrir el 40% de la demanda interna.
Por otro lado, en la actividad ganadera se tiene previsto fortalecer el trabajo en mejoramiento genético a través de la técnica de transplante de embriones para el caso de vacunos.


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