El Año Internacional de los Bosques fue lanzado por tres ministros de Perú, país en el que sus 70 millones de hectáreas de selvas (60 % del territorio del país) lo convierten en el segundo país de América en superficie boscosa y el cuarto del mundo en bosques tropicales.
No obstante, el país pierde cada año 150.000 hectáreas netas de bosques, y de hecho ha sufrido una merma de 10 millones de hectáreas que han sido "intervenidas y colonizadas", de las que solamente 2 millones son aún productivas, quedando las otras 8 millones yermas, recordó el ministro del Ambiente, Antonio Brack.
Brack se refería a varios tipos de intervención en la Amazonía peruana, como puede ser la agricultura intensiva, la tala indiscriminada de madera o la búsqueda de oro con dragas ilegales, actividades todas ellas que terminan en la deforestación.
Solo en la región de Madre de Dios, en el sureste del país, las grandes dragas hidráulicas que usan los buscadores de oro han destruido 32.000 hectáreas de bosque, además de contaminar los ríos de la zona y su fauna con altísimos porcentajes de mercurio, dijo Brack poco antes en unas declaraciones.
Precisamente la destrucción de esas dragas en una enorme operación policial y militar iniciada el 18 de febrero degeneró el martes en violentos enfrentamientos entre los mineros informales del oro y la Policía que se saldó con dos muertos y decenas de heridos y que mantiene a toda la región de Madre de Dios en tensión.
En ese sentido, el programa de conservación pretende declarar protegidas 54 millones de hectáreas de bosque, reducir a cero la tasa de deforestación para 2021 y bajar las emisiones de carbono en un 47%.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Rafael Quevedo, afirmó que un manejo sostenible de los bosques puede generar a Perú ingresos por exportaciones en madera de 2.500 millones de soles anuales (900 millones de dólares), además de otros beneficios.
(rpp)
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